No se comprende lo extraño sino cuando, sin aceptar ser comparado con ninguna otra cosa (aunque no tiene realidad sino en relación con otra cosa), nos transforma realmente en ello... es como la flor, el tercer sexo, el sexo espontáneo del mundo... el lugar de la contemplación, no de la copulación... quizá más cercano a un estudio de lo extraño (ego extravaganto misterico), y más acorde con lo visible y lo indescriptible y verosimil, es un dejarse elaborar por el lenguaje... la mecha que se enciende es un torrente de momentos, solo cuando arde por completo es cadáver que vive en su burbuja eterna...
¡malditosseanlosdichososdelacarnecompulsiva!
¡malditoslosquetienenquemorirparavolveranacer!
¡abajoloscuatroreinosdelanaturaleza!
¡quevivaelperder!
¡abajoloscuatroreinosdelan
¡quevivaelperder!