a veces, mi querido conde cambiaba su nombre, más que por el afán de escabullirse de la prensa amarillista lo hacía por descubrir incautos y arreglar entuertos: yo soy romet, yo soy morte, me dijo una vez... hola hijo mío, soy la madre teresa... nooo, ¿cuál conde?, llo me llamo jorge luis...
en fin, en su última faceta de mago, alcancé a conocer a magnalucius, su más y muy mejor preparada máscara... yo lo vi colgado de los tobillos atado de una camisa de fuerza, yo lo vi engullirse un foco entero, yo vi cómo dobló un tenedor solo con su mente...
oh, cuán incauto fui...
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